Las exportaciones españolas de mercancías alcanzaron un valor acumulado de 255.921 millones de euros hasta agosto de 2025, lo que representa un ligero incremento del 0,3 % respecto al mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa. Aunque el crecimiento sea moderado, marca un nuevo máximo histórico, consolidando la posición de España como uno de los principales exportadores dentro de la Unión Europea.
🔹 Sectores que lideran el crecimiento
Entre los sectores más dinámicos destacan:
- Productos químicos y farmacéuticos, impulsados por la demanda europea y americana.
- Alimentación, bebidas y tabaco, con exportaciones de vino y aceite de oliva en niveles récord.
- Bienes de equipo y automoción, que muestran una leve recuperación tras un 2024 de desaceleración.
En cambio, las exportaciones energéticas y de productos metálicos registraron descensos debido a la caída de precios internacionales y a la competencia de terceros países.
🔹 Importaciones y balanza comercial
Las importaciones ascendieron a 291.026 millones de euros, un 1,1 % más que el año anterior, lo que deja un déficit comercial de unos 35.000 millones.
Este desequilibrio, aunque estructural, se mantiene dentro de márgenes previsibles, especialmente en un contexto global de tensiones arancelarias y encarecimiento del transporte marítimo.
🔹 Perspectiva: estabilidad y oportunidades
El leve aumento de las exportaciones confirma la resiliencia del tejido empresarial español, incluso en un entorno internacional complejo.
Las pymes y grandes exportadores han sabido diversificar mercados, consolidando su presencia en América Latina, el norte de África y Asia.
Sin embargo, persisten retos:
- La necesidad de ganar competitividad frente a países con menores costes laborales.
- Adaptarse a nuevas normas medioambientales y digitales en el comercio exterior.
- Apostar por la innovación logística y el aprovechamiento de tratados comerciales como el UE-Mercosur o el nuevo acuerdo UE-Marruecos.
🔹 En conclusión
España mantiene su vocación internacional y una base exportadora sólida.
El crecimiento, aunque moderado, demuestra que la internacionalización continúa siendo una palanca clave para la economía española.
Para las empresas, el momento es idóneo para reforzar su estrategia exterior, revisar sus cadenas de suministro y apostar por mercados emergentes con potencial de expansión.